El consejo del banco bilbaíno decidirá si mantiene la oferta pese a la obligación de gestionar ambas entidades por separado durante, al menos, tres años
El BBVA decide a principios de esta semana si sigue adelante con la opa al Sabadell
El consejo del banco bilbaíno decidirá si mantiene la oferta pese a la obligación de gestionar ambas entidades por separado durante, al menos, tres años
BBVA afronta una semana clave para su ofensiva sobre Banco Sabadell. El grupo que preside Carlos Torres convocará en los próximos días a su consejo de administración con un doble objetivo: decidir si persiste en la opa hostil y estudiar un posible recurso ante el Tribunal Supremo contra la principal condición impuesta por el Consejo de Ministros.
El Ejecutivo autorizó la operación la pasada semana, pero exigió que, si prospera, las dos entidades continúen funcionando de forma independiente -incluida su gestión- durante un periodo mínimo de tres años, ampliable a cinco. Esa restricción dificulta los 850 millones de euros de sinergias que BBVA esperaba capturar en los tres primeros ejercicios (450 millones en tecnología, 300 millones en personal y 100 millones financieros).
Ante la negativa gubernamental a una fusión inmediata, BBVA ya baraja mantener Sabadell como filial, fórmula que recuerda al modelo Santander‑Banesto. Esta vía reduciría el impacto del impuesto extraordinario a la banca, progresivo por tamaño, pero haría inviable la mayor parte de los ahorros iniciales y obligaría a recalcular la rentabilidad de la operación.
SIGUIENTES PASOS
Si el consejo decide seguir adelante, BBVA deberá actualizar su estimación de sinergias y trasladar el nuevo esquema a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que prevé autorizar el folleto de la opa en julio. El periodo de aceptación, de al menos 15 días hábiles, no podrá solaparse con agosto y podría prolongarse hasta 70 días, lo que llevaría el desenlace a septiembre.
ESTRATEGIA DEFENSIVA
La dirección que encabeza César González‑Bueno trabaja en un plan estratégico que se presentará el 24 de julio, coincidiendo con los resultados semestrales. Para entonces, el banco espera tener decidido el futuro de su filial británica TSB, venta que abriría la puerta a un dividendo extraordinario dirigido a fidelizar a sus accionistas. La entidad advierte, además, de la factura fiscal que afrontarán los minoristas si aceptan el canje propuesto por BBVA.
El mercado permanecerá atento a la decisión "inminente" del consejo de BBVA. De ella depende que la opa siga su curso o quede definitivamente descartada, reconfigurando el mapa bancario español para los próximos años.
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