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Pedagoga alerta de que el acoso "no nace en la escuela, sino de un sistema que no cuida"
Mar Romera, pedagoga y especialista en inteligencia emocional, habla sobre liderazgo e innovación educativa
La pedagoga y especialista en inteligencia emocional Mar Romera ha advertido que el acoso escolar "no nace en la escuela, sino en la familia, en el barrio y en la falta de acompañamiento de los adultos" y es reflejo de un sistema que no cuida, de una escuela anclada en el siglo pasado que instruye utilizando estándares como referentes.
Invitada por el sindicato ANPE para hablar sobre liderazgo e innovación educativa en Palencia, Romera ha reivindicado en una entrevista concedida a la Agencia EFE una educación "que enseñe a cuidar, a incluir y a preguntar" frente a un modelo "burocratizado y descontextualizado que sigue anclado en el siglo pasado".
"Seguimos educando para aprobar, no para desarrollar capacidades", asegura la presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci.
Acoso escolar
En un momento en el que la preocupación por el suicidio infantil, el acoso escolar y la salud mental reabre el debate sobre qué escuela necesita la sociedad actual, Romera advierte de que el acoso nace en un sistema que no cuida y es un reflejo del entorno social y familiar.
Considera que los niños son hoy más frágiles emocionalmente por la sobreprotección y la falta de referentes, por una crianza respetuosa equivocada: "Tenemos peques sobreprotegidos, sobreregalados, sobreestimulados y sin espacio para superar retos cuando el cerebro está diseñado para afrontar dificultades, pero no se lo permitimos".
En este contexto, recuerda que tanto la víctima como el agresor necesitan atención y cuidado y que hay que tener en cuenta que en infancia el agresor también es víctima en otro lugar. Y apunta al sistema educativo como corresponsable porque "cuando la escuela solo instruye y no cuida ni incluye, deja de cumplir su función social".
Además, aunque destaca el esfuerzo de "personas maravillosas" que sostienen el sistema, considera que el sistema no está preparado para afrontar situaciones de acoso o problemas de salud mental porque hay un exceso de burocracia y una carencia enorme de autonomía pedagógica. "Los docentes están agotados, los alumnos tristes y la escuela, desbordada".
Preguntada por el reciente caso del suicidio de una menor en Sevilla, Romera evita la valoración directa, pero lanza una reflexión general: "Estos temas no pueden tratarse desde el sensacionalismo, sin conocer el contexto ni la historia personal".
A su juicio, la raíz del problema está en un "desequilibrio emocional generalizado" que afecta a toda la comunidad educativa. "El alumnado está mal, el profesorado está fatal y los datos de salud mental son muy preocupantes. Vivimos rodeados de bienestar material, pero emocionalmente nos estamos ahogando. La escuela está saturada de burocracia y vacía de humanidad".
Profesores agotados
Romera observa además un profundo cansancio entre los docentes, que se sienten "poco cuidados y poco queridos", sostiene que no se puede trabajar con la infancia siendo pesimista y defiende la necesidad de "un apoyo incondicional" al profesorado. Aunque "quienes no sienten vocación deberían dejarlo, porque la enseñanza requiere pasión", añade.
A su juicio, el desencuentro entre familias y escuela también influye. Además señala un problema de perspectiva, de desajuste en un sistema educativo idéntico al de hace un siglo. "La escuela es hoy más necesaria que nunca" pero no se ha adaptado, no ha cambiado, aunque cambien las leyes.
Pantallas
Romera se muestra muy crítica con el uso precoz de pantallas. "Un niño no debería saber que las pantallas existen antes de los tres años y jamás tener un dispositivo individual antes de los seis, ni tener contraseña siendo menor".
Asegura que los dispositivos digitales mal gestionados generan adicciones tempranas, pero el problema no está en la tecnología en sí, sino en la falta de responsabilidad adulta, ya que "no se trata de prohibirlo todo o permitirlo todo, sino de acompañar y educar en un uso responsable".
Igualmente considera que la IA puede ser una gran aliada en la enseñanza, siempre que esté en manos de los adultos y sabiendo que la clave está en enseñar a hacer preguntas, no solo a contestarlas. "Ese es el gran error del sistema, la escuela sigue entrenando para contestar, no para preguntar".
Menos leyes, más autonomía
Crítica con la burocracia y los constantes cambios legislativos, Romera cree que el sistema educativo español "ha jugado al parchís desde los años noventa", cambiando leyes sin cambiar la esencia cuando lo que se necesita no son nuevas normas, sino autonomía pedagógica real y equipos directivos profesionales y valientes.
Por eso, para ella, el cambio educativo no pasa por reformas políticas, sino por empoderar la función docente y colocar en el centro del sistema a los niños. "El sistema no puede ser la Inquisición que decide quién vale y quién no. La educación obligatoria no está para aprobar o suspender, sino para desarrollar las capacidades de cada niño", concluye. EFE
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