Julián Álvarez fue el gran protagonista en el Metropolitano al encabezar la contundente victoria del Atlético de Madrid sobre el Betis por 4-1. El delantero argentino brilló con luz propia al anotar dos goles, el primero de ellos una obra de arte a balón parado desde larga distancia. El encuentro, que contó con 15 minutos de tiempo añadido debido a la atención médica de un aficionado en la grada norte -quien fue trasladado estable al hospital-, sirvió para confirmar que en casa, los de Simeone siguen siendo un equipo letal.

A pesar de la decepcionante segunda vuelta de la temporada y los malos resultados lejos de su estadio, el Atlético no fue recibido con hostilidad por su afición. Al contrario, los seguidores rojiblancos parecieron valorar la campaña realizada, consciente de que los objetivos importantes se esfumaron en el mes de marzo.

Desde entonces, el equipo ha mostrado dos caras: firme en el Metropolitano y frágil fuera. Y ante un Betis con la mente puesta en su histórica final de la Conference League, la historia volvió a repetirse. Con Julián Álvarez y Sorloth como titulares, y Griezmann de nuevo suplente -por quinta vez en seis partidos-, los colchoneros no dieron lugar a dudas desde el inicio.

Álvarez fue omnipresente: se movió por todos los sectores del ataque, generó peligro constante y lideró al equipo con su talento. Apenas iban 9 minutos cuando convirtió una falta directa desde 30 metros en un golazo imparable para Adrián. La ovación fue tan espectacular como el disparo.

El tanto golpeó anímicamente al Betis, que mostró una versión apagada y repleta de rotaciones, claramente enfocada en la final de Breslavia del 28 de mayo. Mientras tanto, el Atlético generó múltiples oportunidades para ampliar la ventaja. Sorloth estuvo cerca con dos ocasiones claras, una anulada por fuera de juego y otra que sacó Adrián con una parada brillante. Álvarez también rozó el segundo tras una jugada individual impresionante que acabó con el balón estrellado en el poste.

Pellegrini no ocultaba su enfado. En la pausa de hidratación pidió más agresividad, y el equipo respondió tímidamente antes del descanso, obligando a Oblak a intervenir en varias ocasiones.

En la reanudación, los cambios verdiblancos —con la entrada de Isco y Antony— dieron más fluidez al juego bético. El Betis recortó distancias con un tanto de Fornals que puso el 2-1 y metió incertidumbre al choque. Sin embargo, el Atlético supo reaccionar, y fue Julián Álvarez quien volvió a aparecer: cazó un pase de Griezmann dentro del área y firmó su segundo gol de la tarde, el número 17 en Liga y 29 en todas las competiciones.

En el tramo final, el Atlético siguió empujando. Un tanto de Molina fue anulado por fuera de juego, pero Correa sí logró el 4-1 definitivo en el minuto 96. El estadio ovacionó con entusiasmo a Julián Álvarez cuando fue sustituido por Witsel en el 97, en lo que tuvo aroma de despedida.

Ambos equipos sacaron lecturas positivas: el Atlético aseguró el tercer puesto y su billete para la próxima Champions League, mientras que el Betis ya tiene asegurada su plaza en la próxima Europa League y afronta su final continental con la oportunidad de hacer historia.