Exonerado de los principales cargos, los dos de los que sí ha sido considerado culpable pueden costarle entre 10 y 20 años de cárcel
Una revolución popular asalta la residencia del presidente de de Sri Lanka y fuerza su dimisión por el colapso de la economía
El presidente claudica tras meses de movilizaciones por la inflación, la falta de alimentos y de combustibles bajo un gobierno sospechoso de corrupción y nepotismo
El presidente del Parlamento de Sri Lanka, Mahinda Yapa Abeywardene, ha anunciado este sábado que el presidente del país, Gotabaya Rajapaksa, le ha informado de que dimitirá de su cargo el próximo miércoles, 13 de julio. Según fuentes consultadas por la prensa ceilandesa, Rajapaksa ha informado de su decisión a Abeywardene en una comunicación privada en la que le ha pedido de plazo hasta el miércoles para preparar la transición y cerrar cuestiones pendientes.
Miles de personas han tomado esta sábado la residencia del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, en la explosión de una revolución popular que culmina meses de protestas contra las autoridades por la devastadora crisis económica que azota la nación, la más grave desde la declaración de su independencia de Reino Unido en 1948
Según lo pactado por las fuerzas políticas ceilandesas, una vez dimita Rajapaksa será el presidente del Parlamento el que asuma la jefatura del Estado --conforme a la Constitución-- y durante un periodo de 30 días en el que el Parlamento elegirá a un nuevo presidente.
La revolución popular que ha estallado este sábado en Sri Lanka ha forzado así la dimisión de Rajapaksa, quien ha anunciado que deja el cargo tras ceder a las presiones de múltiples frentes desde las formaciones políticas y asociaciones civiles del país por su incapacidad para atajar la crisis económica más grave de la historia de la nación.
Rajapaksa claudica así tras meses de protestas por la falta de alimentos y combustible que finalmente han acabado derivando en una crítica generalizada contra el mandatario, acusado de corrupción y nepotismo al colocar a su hermano Mahinda como primer ministro hasta que finalmente se vio obligado a forzar su cese en mayo, de nuevo por la presión popular.
El sucesor de Mahinda, Ranil Wickremesinghe, antiguo rival de Rajapaksa y última opción del mandatario para solucionar la crisis, ha acabado dimitiendo horas antes para dar paso a un gobierno de concentración cuya principal función será la convocatoria de nuevas elecciones.
Precios inasumibles
Las protestas de Sri Lanka comenzaron a principios de marzo en medio de una crisis económica como el país no ha conocido en su historia, marcada por subidas inasumibles en los precios del combustible, falta de acceso a los bienes de primera necesidad, cortes en el suministro eléctrico, niveles récord de inflación -- que podría llegar a una subida del 70 por ciento interanual en los próximos meses -- y una deuda externa acumulada de casi 50.000 millones de euros
Las autoridades ceilandesas han recibido las críticas de organismos internacionales por la excesiva dureza empleada para reprimir unas manifestaciones que han dejado al menos una decena de civiles muertos, más de 200 heridos y más de 600 detenidos.
La población ha acabado culpando al clan Rajapaksa de tomar decisiones que han llevado a una grave escasez de todo, desde combustible hasta medicamentos, una inflación cercana al 55 por ciento -- con previsión del 70 por ciento en los próximos meses --, apagones diarios de hasta 13 horas, un impago histórico de la deuda y la imposibilidad de acceder a gasolina o diésel.
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